Pero si algo han aprendido los Vikings en esta campaña es que nunca pueden descartar a Favre.
El mariscal de campo logró comenzar el encuentro del lunes por la noche después de que un reporte de lesionados lo había descartado. Y en otras semanas de la campaña, se desconoció si participaría hasta unas horas antes de los partidos.
Por ello, el entrenador interino Leslie Frazier dijo que la condición de su quarterback será evaluada a diario. Favre, de 41 años y al parecer próximo al retiro, será sometido a pruebas todos los días hasta que reciba el alta del cuerpo médico del equipo.
Hasta entonces, no podrá practicar.
"Si nuestros médicos le dan el visto bueno, todo cambiará, pero si ello no ocurre, no hay mucho que podamos hacer, sino seguir su recomendación", dijo Frazier.
Los Vikings tienen dos partidos pendientes esta temporada, en la que no se clasificaron a los playoffs. Favre ha dicho que ésta será su última campaña en la NFL.
Frazier indicó que el plan es que el novato Joe Webb sea titular el domingo contra los Eagles de Filadelfia, a menos que mejore la condición de Favre.
El quarterback no estuvo disponible para hablar el miércoles con la prensa.
Su compañero Ryan Longwell dijo en broma que Favre resentía tanto el golpe en la cabeza que lo llamó "Brian" el miércoles, cuando charlaron.
"Ciertamente, cuando tu cabeza se golpea contra una superficie dura no hay que bromear. Pero él está muy bien", dijo Longwell. "Nos reímos de un par de cosas".
