LICEY: Fin de una etapa brillante

22.12.2010 14:29

PorJosé Alberto Ortiz

 
Staft Bengaleses.com

SANTO DOMINGO.— Los Tigres del Licey acostumbraron a sus exigentes seguidores a una década de éxitos. En el lapso comprendido entre los años 2002 y 2009, los Tigres se adjudicaron cuatro campeonatos nacionales y dos títulos caribeños, amén de participar en seis Series Finales consecutivas y en siete de las últimas ocho. Todo esto en un lapso de siete años.

 

Resultó entendible que la extensa grey liceísta quedara con la cara larga al no poder clasificar a la Serie Final en el Round Robin del año 2010, perdiendo la posibilidad de avanzar en el último día de competencia, jornada que resultó tristemente histórica por el bochornoso hecho que culminó con la expulsión indefinida del béisbol dominicano del entonces piloto felino, José Offerman.

 

Si esa descalificación, la cual se perdió en un Round Robin en el cual el mejor lanzador dominicano, Ubaldo Jiménez, cayó dignamente en dos extraordinarios duelos monticulares ante el mejor zurdo nativo, Francisco Liriano, resultó de impacto negativo, imaginémonos lo difícil que resultó para la fiel fanaticada azul el terminar en la última posición por primera vez desde el año 2000, concluyendo la ronda eliminatoria con apenas diecisiete victorias en cuarenta y nueve presentaciones.

 

Ante esta descalificación temprana de los Tigres, a lo cual sus seguidores no están acostumbrados, llueven las críticas y los pedimentos de renuncia del gerente general Fernando Ravelo. Este ha ocupado la posición durante los últimos once años y ha sido la figura decisiva desde las oficinas para que los Tigres trazaran una ruta exitosa durante la década que recién termina. Mientras el Licey acumulaba triunfos con los años, los mismos que hoy critican a Ravelo alababan su pericia como gerente general y llamaban a los programas deportivos exaltándolo, al punto que llovieron las felicitaciones cuando los Nacionales de Washington lo designaron como su principal ejecutivo en la República Dominicana. Sin embargo, todo eso parece haberse esfumado en cuestión de dos meses.

 

¿Realmente es Fernando Ravelo el culpable de la debacle experimentada por los Tigres? A simple vista, parecería que sí, sin embargo, si conocemos a profundidad la dinámica que se desarrolla hacia lo interno de la organización Club Atlético Licey, nos daremos cuenta que no necesariamente la respuesta es afirmativa.

 

El Club Atlético Licey es presidido por una Junta Directiva que sus socios eligen cada dos años y esta Junta Directiva, a su vez, es la que contrata el gerente general. En la organización de los Tigres, la Junta Directiva no es nominal, sino que está involucrada en el día a día del club y debe existir una sinergia entre ésta y la gerencia, por lo que el problema interno de los Tigres del Licey va más allá de Fernando Ravelo y deberá ser resuelto por los socios de la institución en las elecciones que serán celebradas en el próximo mes de mayo.

 

Si la nueva Junta Directiva entiende que el mandato de Ravelo debe terminar, éste se despediría con honores de la gerencia general, dejando un conjunto que de cara al futuro estará en disposición de competir con el resto de la liga. La organización de los Tigres ha sido exitosa en el draft de novatos y ha integrado a sus filas vía sorteo a jugadores como José Bautista, Anderson Hernández, Erick Aybar, Ubaldo Jiménez, Ervin Santana, Carlos Mármol, los cuales han ascendido con éxito al béisbol mayor, con excepción de Hernández. Esta generación, unida a la más reciente cosecha de Juan Miranda, Carlos Triunfel, Carlos Peguero, Brian Cavazos-Gálvez, César Valdez, Esmil Rogers, Jenrry Mejía, sumándose a estos un jugador joven de la talla de Engel Beltré, Jugador del Año de la organización Vigilantes de Texas y llegado al conjunto vía cambio con los Toros del Este, presenta un perfil interesante al cual un técnico emprendedor y agresivo podría sacarle provecho.

 

 

El desastre del Licey simplemente materializó las preocupaciones que muchos teníamos antes de comenzar la temporada. Nos preguntábamos si los Tigres podían aguantar un calendario regular de cincuenta partidos con una rotación abridora llena de incógnitas. Ramón Ortiz y Jorge Sosa, dos abridores decisivos en el último campeonato de 2009, venían de temporadas por debajo en el béisbol de Estados Unidos y los números de Robert Coello y Josh Banks no eran nada impresionantes. Increíblemente, la más grata sorpresa en la rotación la causó quien estaba supuesto a ser el complemento del cuerpo de abridores: César Valdez, un joven con experiencia de liga menor en la organización de Arizona y cuya actuación en la liga invernal le permitirá aspirar a un puesto en el equipo grande de los Piratas de Pittsburgh.

 

El pitcheo de relevo del Licey tampoco impresionaba. No había que hacerse grandes expectativas con un cuerpo de relevo donde sólo brillaban el cerrador Oneli Pérez, un trabajador incansable y el preparador Víctor Marte. Johnny Núñez y Freddy Dolsi eran incógnitas, ya que sus carreras han experimentado cierto estancamiento. Núñez acumuló buenos números, sin embargo, en situaciones heredadas permitió batazos importantes a los equipos contrarios. Del lado de los relevistas zurdos, Mike O´Connor y el “eterno” Carlos Pérez hicieron el trabajo, no así Atahualpa Severino, sobre quien se habían cifrado expectativas.

 

Por primera vez en años, el Licey no importó receptores y se le decidió entregar la posición a los nacionales Wellington Castillo y Robinzon Díaz, ambos con experiencia breve de liga mayor. Díaz regresó a los Tigres en el cambio que llevó a las Estrellas de Oriente a Félix Pie y Polín Trinidad, con la credencial de haber sido el segundo mejor bateador de la liga la temporada anterior. Sin embargo, el hecho de que el pitcheo azul acumuló una efectividad mayor que la del resto de la liga habla mal del trabajo de los receptores en la conducción de lanzadores.

 

La ofensiva del Licey fue aceptable, al punto que durante gran parte de la temporada fue una de las más productivas, sin embargo, los llamados batazos oportunos no llegaron. De la dirigencia, ni hablar. Podría criticársele a la gerencia el tiempo que se tomó en despedir a Dave Clark, un manager que a pesar de tener experiencia como interino de liga grande, no ofreció nada en República Dominicana. No mostró cualidades de estratega ni de motivador. No fue un líder en el clubhouse y no se vio nunca a un Licey presentar un patrón de juego que seguía el diseño de una cabeza. Realmente, Clark nunca se acopló a lo exigente de la liga y he ahí la razón de su fracaso. Le deseamos éxito en liga mayor. No sería el primero que lo alcanza después de haber fracasado aquí. Ron Washington, finalista con Texas este año y Grady Little, a ley de cinco outs para avanzar a la Serie Mundial con Boston en 2003, son dos fieles ejemplos.

 

Asimismo, en medio de la estación, se produjo un cambio brusco de capitán. Los jugadores sustituyeron a Ronnie Belliard por Emilio Bonifacio y apena que la carrera de Belliard en la pelota dominicana haya terminado tan abruptamente, en una pobre temporada para su equipo y para él. Belliard se iría de la pelota dominicana con un registro personal de cinco coronas nacionales y tres títulos de Serie del Caribe, llenando toda una época en la dorada historia de la franquicia. Entendemos que no merecía salir de esa manera, sin embargo, la experiencia de la pelota dominicana nos indica que no podemos pedir otra cosa.

 

En fin, una mala temporada, digna de olvidar, sin embargo, queda la esperanza de que los Tigres cuentan con un material joven, de igual o mejor calidad que el de la mayoría de equipos en la liga. Ese plantel, bien reforzado en posiciones clave y sobre todo, bien dirigido desde la cueva, no tardará en retornar al Licey a la senda exitosa que transitaron en la década pasada. Si un logro importante tiene la administración Ravelo, es que preparó al Licey de cara al futuro. Está por verse lo que sucederá en las elecciones de mayo, quién podría sustituir a don “Pepe” Busto en la presidencia y qué decisiones podrían tomarse en lo adelante. Sigamos de cerca la situación.

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Escribele a José Alberto Ortiz: joseortiz@bengaleses.com